haciendo alusión a La Casona – edificio patrimonial vecino que alberga una parte de las dependencias de la Facultad- tomando como principales elementos el dominio de la masa sobre el vacío de su envolvente, y la cubierta a dos aguas. El punto de partida es un volumen compacto, trabajado de acuerdo a un proceso de composición sustractiva, mediante el cual se generan los vanos correspondientes a accesos y ventanas. De esta manera, el volumen se establece como una imagen icónica y arquetípica, que cobra sentido a establecer un diálogo armónico con la casa patronal, reforzando la idea de “casa” en el sentido de lugar de pertenencia y donde se establecerá el hogar para esta “casa de estudios”.

Se propone hormigón tableado visto como sistema constructivo y material de terminación, con adición de cemento blanco, tanto para los muros perimetrales como la techumbre, solucionando la impermeabilización con un aditivo hidrorepelente. De esta manera se logra un volumen monolítico, combinación de solución vernácula y tecnología constructiva actual, el que no pierde su peso visual a pesar de las perforaciones rítmicas de las ventanas, dimensionadas para dar tal efecto.