Se buscó incorporar el concepto de las ondulaciones de la superficie del mar en la formación de las olas, lo que se tradujo en un cielo que es plano en los primeros metros desde el acceso y que, al acercarse hacia el fondo del local, empieza suavemente

a ondularse hasta formar una gran curva que desciende formando el muro del fondo. Este elemento se revistió en pino machihembrado, para rememorar el material predominante en los botes y en las construcciones costeras.